¿Sabías que…si tu coche está estacionado varios días puede sufrir averías?
abril 8, 2021 4:53 pm
Pasar parado mucho tiempo no es nada recomendable para nuestro coche. En principio, estar un mes o dos sin moverse no supone ningún riesgo, salvo para la batería, que seguramente se descargue. Sin embargo, estar más de un año sí empieza a aumentar el riesgo de sufrir averías y debemos tener una serie de cuidados antes de volverlo a poner en marcha.
Aunque no necesites mover tu coche es conveniente que lo pongas en marcha y actives sus distintos accesorios para que no se estropeen; así garantizamos que cuando por fin podamos rodar con él esté en perfecto estado.
Aquí va una lista de algunos elementos que sufren averías por falta de uso:
El aire acondicionado
Este elemento es particularmente crítico. Mucha gente apenas lo usa 4 o 5 días en verano; es un grave error, por un lado, porque es el método más eficaz para desempañar los cristales en invierno y porque el sistema tiene elementos que precisan que circule el fluido refrigénico (el gas que enfría) para mantenerse lubricados. El compresor, el filtro y todas las juntas de estanqueidad necesitan que pongamos en marcha el aire acondicionado al menos una vez al mes durante unos minutos para «estar en forma».
El motor
Aunque podamos pensar que un motor no se desgasta si no lo ponemos en marcha, la realidad es que los propulsores necesitan funcionar con cierta periodicidad para no estropearse.
Al no girar el motor, el aceite se escurre hacia el cárter, dejando las paredes de los cilindros y los segmentos de los pistones completamente secos. Esto genera óxido en el cilindro y que los aros de los pistones se queden pegados.
Circuito de refrigeración
En el motor de un coche hay un sistema para enfriar la mecánica. En los refrigerados por aire no hay ningún problema, pero en la inmensa mayoría de propulsores, que son refrigerados por el anticongelante los períodos de inactividad pueden provocar averías gravísimas.
Fugas de aceite
Las gomas, juntas, retenes… todos los elementos que garantizan la estanqueidad del motor necesitan estar en contacto con el aceite para mantenerse «hidratados». Cuando un propulsor pasa mucho tiempo parado, las gomas se resecan y empiezan a agrietarse.

La dirección asistida
Actualmente, la mayoría de los sistemas de asistencia a la dirección son eléctricos, pero hasta ahora eran hidráulicos. Lo mismo de siempre: si el aceite no circula con frecuencia por la cremallera de dirección y la bomba, ambos elementos se pueden estropear.
Sistema de frenos
Éste es un punto muy crítico. La mayoría de la gente no sabe que el líquido de frenos hay que cambiarlo «sí o sí» cada dos años, hagas cero o un millón de kilómetros. El motivo es que este líquido está compuesto por un éter que es hidrófilo, por lo que absorbe el agua que hay en la atmósfera y poco a poco se va «hidratando». La presencia de agua en el circuito de frenos provoca dos problemas:
- Reduce la temperatura a la que el líquido de frenos empieza a hervir. La ebullición de este líquido provoca burbujas que se comprimen y alargan el recorrido del pedal, llegando incluso a dejar de frenar. Es lo que se conoce como «fadding» del líquido de frenos.
- Los elementos del sistema de frenado se pueden oxidar, no tanto las pinzas de freno (por cierto, no se llaman calibradores, se llaman pinzas de freno. Calibrador es una mala traducción de «caliper», el nombre que tienen en inglés), sino los grupos hidráulicos de los sistemas de ABS, cuya sustitución es muy cara.
Caja de cambios y diferenciales
Al igual que el motor, la caja de cambios y los diferenciales necesitan aceite para mantenerse limpios y lubricados. Largos períodos de inactividad hacen que se oxide la parte de los piñones, sincronizadores, horquillas y que los retenes y juntas pierdan estanqueidad.
Bombas de agua, lavaparabrisas y lavafaros
Algunos detergentes que se usan para el lavaparabrisas forman un «barrillo» que acaba obstruyendo la bomba que pulveriza el agua en el cristal. Por otro lado, si no se usa con frecuencia, también se oxida el pequeño motor eléctrico que lleva la bomba; se agarrota. Si al comprar un coche de segunda mano accionamos el mando del lavaparabrisas, no echa agua y el vaso sí tiene líquido, lo más probable es que falle la bomba por este motivo.