¿Qué le espera a la industria automotriz bajo la administración de Joe Biden?
noviembre 11, 2020 9:00 am
Poco después de que Donald Trump fuera elegido presidente en 2016, hizo una propuesta a los CEOs de los tres fabricantes de automóviles más grandes de Estados Unidos, en una reunión en la Casa Blanca: recortaré los impuestos, las regulaciones y ustedes aumentarán los empleos y la inversión.
Cumplió con los recortes fiscales y regulatorios, entregando a las armadoras estadounidenses cientos de miles de millones de dólares en exenciones fiscales y derogando las reglas de economía de combustible de la administración de Barack Obama.
Pero, al mismo tiempo, el presidente republicano generó un clima de incertidumbre y caos en el sector, con la amenaza de un arancel de 35% a los autos importados desde México, con la renegociación del acuerdo comercial regional, con una guerra comercial con China y con las crecientes tensiones con la Unión Europea.

Emisiones
El apoyo que dio Donald Trump a los combustibles fósiles, retrasando la transición hacia vehículos electrificados, podría reducirse bajo la administración de Joe Biden, quien durante su campaña se comprometió a gastar miles de millones de dólares para agregar 500,000 estaciones de carga eléctrica, financiar la investigación de baterías y restaurar la deducibilidad fiscal de 7,500 dólares para vehículos eléctricos que ya había expirado.
General Motors dijo el sábado a Reuters que espera trabajar con su administración y el Congreso para “avanzar en nuestra visión de un futuro totalmente eléctrico y sin emisiones”, mientras que Fiat Chrysler Automobiles dijo que espera trabajar con Biden y el nuevo Congreso “para fortalecer la industria automotriz y construir un futuro más seguro para nuestros empleados, clientes y sociedad”.
Biden quiere ayudar a las ciudades a invertir en “e-scooters y otros vehículos de micro movilidad e integrar tecnologías como semáforos optimizados para aprendizaje automático” y quiere que el Congreso apruebe un gran paquete de infraestructura el próximo año.
El demócrata también respalda los incentivos para que los consumidores intercambien vehículos menos eficientes por vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos, así como las exenciones fiscales para que los fabricantes de automóviles y de componentes construyan o reorganicen fábricas para vehículos eléctricos.
Guido Vildozo, analista de IHS Markit, opina que este giro en la política de emisiones podría ser un reto para las finanzas débiles de los fabricantes de automóviles, luego del desplome global en la venta de vehículos que ocasionó la pandemia de coronavirus.
Las inversiones en el desarrollo de vehículos electrificados es cuantiosa y el apoyo (que dio Trump) a los motores V6 y V8 mantuvo la rentabilidad de los fabricantes de automóviles en los últimos cuatro años.

China
Biden no ha presentado una estrategia detallada para China, pero todo indica que continuará con un enfoque duro hacia Bejín. Incluso antes de que Trump asumiera el cargo, la administración demócrata del presidente Barack Obama y el entonces vicepresidente Biden había endurecido significativamente su postura hacia China.
Francisco Bautista, socio líder del segmento de manufactura avanzada y movilidad de la consultora EY, espera, sin embargo, un tono más mesurado después de las amenazas de Trump, y un énfasis en la “competencia estratégica” en lugar de la confrontación directa que en los últimos cuatro años generó una guerra comercial que ocasionó pérdidas millonarias entre las empresas del sector automotriz por el pago de aranceles.
Ford y GM perdieron al menos 1,000 millones de dólares cada uno, según datos de las mismas empresas, absorbiendo aranceles al acero y al aluminio.